Durante décadas los corrosivos efectos del mar han erosionado gravemente los edificios museísticos situados en la fachada marítima de Sitges, que se asientan sobre las rocas del mar. En esta población turística del Garraf perseguían restaurar desde 1994 este conjunto museístico integrado en el casco antiguo, declarado conjunto histórico en 1972, pero no fue hasta diciembre pasado que se logró un pacto político entre el Ayuntamiento de Sitges, la Diputación de Barcelona, la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Fomento en el que se comprometían cerca de 10 millones para afrontar la restauración estructural del Museu Maricel de Mar, Can Rocamora y la que fue casa del artista modernista Santiago Rusiñol, el Museu Cau Ferrat. El pacto se selló tras aprobarse un proyecto que superó todos los trámites legales y que ha firmado el arquitecto de prestigio Josep Emili Hernández-Cros, autor, entre otros trabajos, de la restauración del barcelonés edificio de la Pedrera. Se restaurarán las fachadas, se reforzarán los forjados y se renovarán por completo las cubiertas. La iniciativa ha encontrado una fuerte contestación ciudadana que ha cristalizado en un foro en Facebook y en una plataforma popular que mantiene un blog en el que se califica el proyecto de "grave amenaza". ...
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