REPORTAJE
Nuevo gobierno, misma fachada
El Consorcio de Patrimonio de Sitges descarta la idea de colocar las pasarelas que debían conectar el Cau Ferrat, el palacio Maricel y la casa Rocamora
PERE LOBATO - Sitges - 02/01/2012
La polémica que envuelve la reforma de la fachada marítima del conjunto arquitectónico que conforman tres emblemáticos edificios de Sitges (Garraf), como son los museos Cau Ferrat, palacio Maricel y la casa Rocamora, parece que podría desvanecerse pronto, tras anunciarse ahora algunos cambios significativos sobre las obras previstas. El Consorcio de Patrimonio de Sitges, que se encarga de la gestión de estos museos e integrado por el Ayuntamiento de la localidad y la Diputación de Barcelona, descarta finalmente la idea de colocar las pasarelas que debían conectar los dos museos (y la casa Rocamora) por el exterior de los edificios, así como la supresión de la fachada de vidrio que los cubría para protegerse del mar, ya que este conjunto museístico se encuentra en primera línea de costa. Eatas actuaciones rápidamente causaron enojo entre algunos colectivos locales, por el impacto visual que, según ellos, suponían. El proyecto inicial se gestó hace dos años, bajo el anterior gobierno municipal de PSC-ICV. En Sitges ahora gobierna un cuatripartito formado por CiU, PP y dos grupos independientes.
La presión ciudadana y la polémica inicial pueden desaparecer pronto. Aunque con algunos matices y con cautela, la Plataforma SOS Sitges ha recibido con satisfacción los cambios introducidos. La plataforma nació precisamente para frenar algunas actuaciones incluidas en el proyecto inicial, al considerarlas una falta de respeto a la esencia del conjunto arquitectónico. Incluso ha llevado el caso a los tribunales. Beli Artigas, su portavoz, se muestra "ilusionada" con el nuevo planteamiento, pero asegura que no retirará el contencioso administrativo que presentó en su día hasta tener claro que se ejecutan las propuestas principales de la plataforma.
Los museos del Cau Ferrat y del palacio Maricel mantendrán, pues, su aspecto de siempre. Para el consorcio (renovado tras el cambio de gobierno), la eliminación de las pasarelas, de la fachada de vidrio y de otros elementos polémicos, son solo "unos cambios" sobre el proyecto de reforma inicial que han buscado mantener el espíritu noucentista de los edificios y su imagen original de principios del siglo XX. El museo Cau Ferrat fue la casa-estudio de Santiago Rusiñol en sus estancias en Sitges, población de la que se enamoró a finales del siglo XIX. De los tres edificios que entran dentro de la reforma, seguramente será el que menos cambios sufrirá. Tampoco la fachada del palacio Maricel verá los cambios propuestos inicialmente, aunque sí se modificará el recorrido por su contenido museográfico.
Las pasarelas diseñadas inicialmente se plantearon para facilitar la conexión entre los tres edificios, y la fachada de vidrio para evitar la erosión que sufrían por el hecho de situarse a pocos metros del mar. Tras la formación del nuevo cuatripartito en Sitges, y con la Diputación de Barcelona también con un nuevo color político, pronto quedó claro que el proyecto planteado en el mandato anterior debería replantearse en sus aspectos más polémicos. Para Vinyet Panyella, desde hace tres semanas nueva directora-gerente del Consorcio del Patrimonio de Sitges, "no se ha invalidado el proyecto, sino que se han añadido algunos cambios". Con estas palabras subraya el "respeto" que asegura se ha tenido con el trabajo inicial del proyecto de reforma, dirigido por el arquitecto Emili Hernández Clos, que continuará dirigiendo las obras. Para evitar las pasarelas que recorrían las fachadas exteriores, se han buscado fórmulas alternativas para lograr la conexión del Cau Ferrat, el palacio Maricel y la casa Rocamora desde su interior, sin tener que salir a la calle para ir de un museo a otro. Ello ha llevado también a un rediseño del discurso museístico de Maricel.
Las obras de reforma ya hace unos meses que empezaron, y los cambios implicaran en algunos casos deshacer actuaciones ya finalizadas, como la instalación de las mismas pasarelas. De todos modos, el Consorcio de Patrimonio apunta que de momento no se espera ningún sobrecoste en las obras, presupuestadas en torno a los siete millones de euros. La previsión es que el museo del Cau Ferrat pueda reabrir sus puertas en el último trimestre del 2012, mientras que el palacio Maricel lo podría hacer en el verano de 2013. "Museográficamente, interesa abrir antes el Cau Ferrat", apunta Vinyet Panyella. Los cambios ahora presentados deberán ser definitivamente aprobados durante las próximas semanas por el mismo Ayuntamiento de Sitges y la Comisón Territorial del Patrimonio Cultural de la Generalitat.
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